San Andrés: dos jóvenes buscan cuidar la isla de los residuos peligrosos
Fuente: El Tiempo
Trabajar con residuos peligrosos no es sencillo. Recogerlos, almacenarlos y luego procesarlos es un reto que requiere de operadores con varias certificaciones, centros de acopio con características muy específicas y hasta vehículos diseñados únicamente para el transporte de ese tipo de residuos. Pero ese reto, en las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ubicadas a más de 700 kilómetros de territorio continental, es aún más complejo.
Además, estos residuos abarcan un grupo de productos muy amplio. Son categorizados como peligrosos.
Por ejemplo: baterías, llantas usadas, electrodomésticos o aparatos electrónicos usados (neveras, televisores, celulares, cargadores), empaques de medicinas o medicinas vencidas, envases de plaguicidas, entre otro gran cúmulo de productos que por sus compuestos (corrosivos, tóxicos, infecciosos o inflamables) deben ser correctamente manejados para que no se traduzcan en riesgos para la salud humana o el medioambiente.
Por eso, buscando hacerle frente a esa problemática, y con el apoyo de la Corporación Punto Azul, entidad que integra al 97 por ciento de los laboratorios farmacéuticos de Colombia, dos jóvenes raizales han puesto en marcha un proyecto con el cual se convirtieron recientemente en el primer gestor ambiental de residuos peligrosos del archipiélago que empezará a trabajar con uno de estos desperdicios: los medicamentos.
Así nació el proyecto
Según explica Humberto García, un joven ingeniero y quien es el líder del proyecto llamado Ecoísla S. A. I., desde 2019 ellos ya trabajaban aprovechando residuos de la isla. Lo hacían con plástico que reciclaban y convertían en diferentes productos como sillas, mesas, y pisos.
Pero hace poco más de un año se enteraron de que también podrían ayudar a resolver el problema de gestión de los residuos peligrosos gracias a una convocatoria de Punto Azul, la Secretaría de Salud de la Gobernación, Coralina y la Cámara de Comercio del archipiélago.
La convocatoria de la cual fueron beneficiados Humberto, de 26 años, y su compañero Simón Quintero, de 25, les entregó 80 millones de pesos aportados por Punto Azul como capital semilla, así como el apoyo técnico, jurídico y logístico para que pudieran consolidar su proyecto de ser gestores ambientales y enfrentar así la contaminación farmacológica.
Lea también: (Ministra de Ambiente será la encargada de las reservas forestales)
“Todo empezó en 2019 con una problemática que tiene San Andrés en la gestión de sus residuos. Sean peligrosos o no peligrosos, en general, San Andrés solo tiene un relleno sanitario y ya se encuentra colapsado. Hace un año, Punto Azul lanzó la convocatoria y, obviamente, nos interesó mucho, miramos los términos y referencias, y como Ecoísla S. A. I. no solo quiere ser gestor en tema de plásticos, sino en todos los residuos que se generan acá, participamos en esa gran convocatoria. Miramos ítem por ítem y en qué cumplíamos, qué nos faltaba, cómo podríamos subsanar cada requisito que ellos solicitaban y mandamos nuestra idea”, asegura García.
Todo empezó en 2019 con una problemática que tiene San Andrés en la gestión de sus residuos. Sean peligrosos o no peligrosos, San Andrés solo tiene un relleno sanitario y ya se encuentra colapsado
Ahora, dice, el reto es conseguir un espacio en el cual construir la bodega donde se almacenarán esos residuos, teniendo en cuenta las limitaciones de extensión de territorio que tiene San Andrés.
Allí esperan almacenar, por ahora, las medicinas vencidas o empaques que son recolectados en nueve puntos dispuestos en las tres islas del archipiélago.
Por el momento, esos residuos seguirán siendo enviados al continente para que sean procesados, pero la idea de García es que, en un futuro, Ecoísla S. A. I. pueda contar con un horno especial que les permita hacer el procesamiento directamente en territorio insular. Este equipo puede costar más de dos mil millones de pesos.
Por ejemplo: baterías, llantas usadas, electrodomésticos o aparatos electrónicos usados (neveras, televisores, celulares, cargadores), empaques de medicinas o medicinas vencidas, envases de plaguicidas, entre otro gran cúmulo de productos que por sus compuestos (corrosivos, tóxicos, infecciosos o inflamables) deben ser correctamente manejados para que no se traduzcan en riesgos para la salud humana o el medioambiente.
Por eso, buscando hacerle frente a esa problemática, y con el apoyo de la Corporación Punto Azul, entidad que integra al 97 por ciento de los laboratorios farmacéuticos de Colombia, dos jóvenes raizales han puesto en marcha un proyecto con el cual se convirtieron recientemente en el primer gestor ambiental de residuos peligrosos del archipiélago que empezará a trabajar con uno de estos desperdicios: los medicamentos.
Así nació el proyecto
Según explica Humberto García, un joven ingeniero y quien es el líder del proyecto llamado Ecoísla S. A. I., desde 2019 ellos ya trabajaban aprovechando residuos de la isla. Lo hacían con plástico que reciclaban y convertían en diferentes productos como sillas, mesas, y pisos.
Pero hace poco más de un año se enteraron de que también podrían ayudar a resolver el problema de gestión de los residuos peligrosos gracias a una convocatoria de Punto Azul, la Secretaría de Salud de la Gobernación, Coralina y la Cámara de Comercio del archipiélago.
La convocatoria de la cual fueron beneficiados Humberto, de 26 años, y su compañero Simón Quintero, de 25, les entregó 80 millones de pesos aportados por Punto Azul como capital semilla, así como el apoyo técnico, jurídico y logístico para que pudieran consolidar su proyecto de ser gestores ambientales y enfrentar así la contaminación farmacológica.
Lea también: (Ministra de Ambiente será la encargada de las reservas forestales)
“Todo empezó en 2019 con una problemática que tiene San Andrés en la gestión de sus residuos. Sean peligrosos o no peligrosos, en general, San Andrés solo tiene un relleno sanitario y ya se encuentra colapsado. Hace un año, Punto Azul lanzó la convocatoria y, obviamente, nos interesó mucho, miramos los términos y referencias, y como Ecoísla S. A. I. no solo quiere ser gestor en tema de plásticos, sino en todos los residuos que se generan acá, participamos en esa gran convocatoria. Miramos ítem por ítem y en qué cumplíamos, qué nos faltaba, cómo podríamos subsanar cada requisito que ellos solicitaban y mandamos nuestra idea”, asegura García.
Todo empezó en 2019 con una problemática que tiene San Andrés en la gestión de sus residuos. Sean peligrosos o no peligrosos, San Andrés solo tiene un relleno sanitario y ya se encuentra colapsado
Ahora, dice, el reto es conseguir un espacio en el cual construir la bodega donde se almacenarán esos residuos, teniendo en cuenta las limitaciones de extensión de territorio que tiene San Andrés.
Allí esperan almacenar, por ahora, las medicinas vencidas o empaques que son recolectados en nueve puntos dispuestos en las tres islas del archipiélago.
Por el momento, esos residuos seguirán siendo enviados al continente para que sean procesados, pero la idea de García es que, en un futuro, Ecoísla S. A. I. pueda contar con un horno especial que les permita hacer el procesamiento directamente en territorio insular. Este equipo puede costar más de dos mil millones de pesos.